Para nosotros fue un gran desafío. Hacíamos este viaje en honor a un amigo que, enfermo de cáncer quería llegar en Vespa a Milán desde Córdoba. Desgraciadamente esta enfermedad se lo llevo antes de cumplir su sueño y nosotros quisimos hacer algo más; aportar nuestro granito de arena por el cáncer infantil llegando a Roma (aprovechando el hermanamiento entre Córdoba y Roma) y cumpliendo el sueño de nuestro amigo. Fue muy duro el camino, reimos, lloramos y nos lamentamos infinidad de veces, pero llegamos.
Nuestro amigo y compañero Antonio Reyes sufrió un gravísimo accidente en Livorno, en nuestra última etapa de Pisa a Roma; Antonio se recuperó meses más tarde y su reacción después de despertar del coma fue de emoción al ver que todos habíamos llegado a Roma y su Vespa estaba la primera.
Esta historia, resumida en poco más de 50 minutos la podéis disfrutar en el siguiente vídeo…